Transplantes de órganos a VIH positivos

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Martes, 19 Febrero 2019
VIKI MURIÀ TRASPLANTADA DE HÍGADO EN DOS OCASIONES EN LOS ÚLTIMOS CUATRO AÑOS
«No tendré un cuarto hígado»
«Un día la doctora me dijo: 'Ya no me preocupa tu virus del sida, sino el otro que vive contigo»
 
Viki Murià está acostumbrada a batirse con la muerte. «Soy una megasuperviviente», dice de ella misma. En su torrente sanguíneo circulan desde hace más de 20 años los virus del sida y la hepatitis C, dos enfermedades que a menudo van unidas, aunque no siempre. Catalana de Barcelona, su nombre saltó a las páginas de los periódicos hace cuatro años, cuando se convirtió en la primera mujer seropositiva de España, y por tanto de las primeras del mundo, sometida a un trasplante de hígado.

La intervención, practicada en el hospital Valle de Hebrón, resultó un éxito. «Recuerdo al médico comentándome todo lo que veía en la pantalla, mientras a mí se me iban cayendo las lágrimas; y en aquel momento pensaba en la persona que había donado ese hígado y en su familia». El virus de la hepatitis C se ocupó, sin embargo, de relativizar el logro de la ciencia. Su nuevo hígado, un muy buen órgano de tres válvulas, fracasó en sólo unos años. El pasado 1 de enero, las puertas del quirófano volvieron a batirse para recibir la camilla sobre la que Viki Murià, otra vez, luchaba por la vida.

-Hepatitis. ¿Qué le sugiere?

-La muerte.

-¿La hepatitis es la muerte?

-La hepatitis es una enfermedad grave, pero la hepatitis C para mí representa la muerte.

-¿Cuándo supo que iba a darle guerra de verdad?

-Hace unos diez años. La doctora que me lleva el VIH me dijo que ya no le preocupaba mi virus del sida, sino el de la hepatitis C. Me informé y supe que otra vez tenía que enfrentarme a una enfermedad mortal.

-¿Qué recuerdo guarda de los días previos a aquella operación, que era parte de un programa experimental de trasplante a seropositivos?

-Fueron días difíciles. Era incapaz de sonreír, nada me hacía gracia y había perdido la ilusión por todo. Pero tenía viva la esperanza. Me hubiera agarrado a un clavo ardiendo.

«Sigo viva»

-¿Qué sintió cuando pasó todo y se vio en su habitación del hospital?

-Al principio no eres muy consciente de nada. Cuando pasan los días, te das cuenta de que una persona ha muerto para que tú puedas aprovechar ese órgano. Ves que en el mundo nos necesitamos unos a otros para vivir.

-Ese trasplante duró tres años.

-Sí, el virus atacó de nuevo y me destrozó el hígado. Me he sometido en dos ocasiones al tratamiento contra la hepatitis C; pero ni interferón ni nada. El hígado volvió a fracasar.

-¿Cómo lleva la terapia contra la hepatitis C?

-Es muy dura, como una quimioterapia. La he probado dos veces sin ningún resultado. Voy a por la tercera, a ver si es la vencida.

-¿Y cómo se siente?

-Muy optimista. Una nueva puerta ha quedado entreabierta para que pueda colarme por ella. Si en tres o cuatro años la medicación sigue sin hacerme efecto o no sale algo efectivo, soy consciente de que no me harán un tercer trasplante. Pero, de momento, sigo viva.

-¿Se considera una afortunada?

-Por supuesto. Mucha gente con VIH no sabe que puede tener acceso a un trasplante.

-¿Le plantearon la posibilidad de un segundo trasplante?

-Tuve que peleármelo. Los médicos no lo veían. Decían que era muy arriesgado y que no sabían qué iba a pasar. Yo tenía claro que la alternativa a alargar un poco más mi vida era morirme.

-Por lo visto, ¿no fue mal, no?

-El 1 de enero fue, para mí, Año Nuevo por partida doble. Me fue fatal... Sufrí una parada respiratoria, tuve que estar 20 días en la Unidad de Cuidados Intensivos; después, no me aguantaba de pie, no hablaba, no tenía apetito... A pesar de los inconvenientes, fue una entrada de año genial.

Chat de autoayuda

-¿Se considera una superviviente?

-Soy una megasuperviviente, con mayúsculas.

-¿Piensa a menudo en cosas así como que lleva el órgano de otra persona?

-Pienso que un desconocido me ha ayudado a vivir. Me pregunto si durará, por cuánto tiempo lo hará... Vives con una espada de Damocles que pende sobre tu vida.

-¿La hepatitis C es una enfermedad desconocida?

-Totalmente. La gente ignora lo grave que es porque carece de información, no se hace prevención, falta difusión en los medios... Está un poco escondida porque, como no tiene solución y no está tan mal vista como el VIH, pues, ¿hala!, tira millas...

-¿Quiere decir que la industria no está interesada en desarrollar terapias o que es difícil obtenerlas?

-Un poco de todo. Es una enfermedad muy difícil de combatir, pero también hay desinterés. Somos un gran negocio en medicamentos para la industria. De momento, paramos el golpe.

-Usted y su pareja fundaron la ONG Mundo Positivo de lucha, entre otras causas, contra la hepatitis C.

-Mundo Positivo nació para atender a las personas coinfectadas con los virus del sida y la hepatitis C. Llevamos dos años promoviendo la donación tanto de órganos como de cuerpos para la ciencia y hemos impulsado el primer chat de autoayuda de España con webcam. Las cámaras nos permiten superar la frialdad de la mera escritura.

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Mundo Positivo

Correo: mp@todosida.org

Web: www.todosida.org